El sector agropecuario es un pilar fundamental de nuestra sociedad, ya que es el encargado de proveer al resto de uno de los bienes más imprescindibles: el alimento. Por ello, valoramos especialmente la labor de quienes nos sustentan, y, en nuestro día a día, y nos preocupamos porque los agricultores y ganaderos reciban toda la consideración que se merecen.

Por su dependencia de múltiples factores naturales, la producción agrícola y ganadera es muy imprevisible, y se ve sujeta a múltiples pérdidas. Un año más seco de lo habitual, la helada, el granizo, o una plaga, pueden acabar con la producción de todo un año, dejando al productor en una posición muy difícil, que impida incluso la viabilidad futura de la explotación.

Los seguros agropecuarios sirven, precisamente, para paliar en la medida de lo posible esas pérdidas, indemnizando al agricultor en el caso de que se produzcan alguno de los siniestros contratados en la póliza.

El abanico de riesgos asegurables es tan amplio como los peligros a los que está expuesta la producción agropecuaria. Los riesgos más básicos son tanto los ambientales (exceso o falta de lluvia, nieve, granizo, heladas, viento, inundaciones o incendios), como los biológicos (plagas, enfermedades o contaminaciones biológicas).

Es importante realizar una estimación apropiada de las posibles pérdidas a la hora de contratar un seguro, puesto que este cubrirá como máximo una cantidad previamente acordada. Si se realiza una infraestimación de la producción, en el momento en que el asegurado necesite hacer uso de su seguro se encontrará con la desagradable sorpresa de que las indemnizaciones son claramente insuficientes; si se realiza una sobreestimación, el agricultor estará desembolsando innecesariamente una cantidad de dinero innecesaria.

Los seguros no solo cubren los daños a la propia producción, también los daños materiales que pueda sufrir la maquinaria agrícola y las instalaciones, ambas enormemente costosas y necesarias para llevar

adelante la explotación. Estas no sólo son susceptibles a daños debido a causas naturales, si no que están expuestas a robos, actos vandálicos, daños eléctricos y fallos humanos.

Además de los riesgos antes mencionados, si el autónomo tiene trabajadores a su cargo, debe contar con la necesidad de contratar un seguro de Accidentes Convenio para todos los trabajadores de la explotación, acorde con la actividad que vaya a desarrollar.