Un seguro de flotas difiere de los seguros para vehículos convencionales en que agrupa varios vehículos de trabajo de una misma empresa en un mismo contrato, no importa que pertenezcan o no a un mismo propietario siempre que haya un nexo entre ellos. La flota puede abarcar diferentes tipos de vehículos: camiones, furgonetas, coches, etc. La condición para poder contratar un seguro de flotas es contar con un número mínimo de vehículos, que varía según la compañía aseguradora, pero suelen arrancar desde entre seis y diez. 

Al contratar un seguro de flotas, cada vehículo cuenta con su seguro independiente, agrupados dentro de una misma póliza o contrato. Con esto se pueden conseguir importantes ahorros en el coste del seguro. Esto, unido a la simplificación en la gestión, hace muy recomendable optar por este tipo de seguros por encima de las pólizas individuales siempre que sea posible.

Las coberturas para los seguros de flotas son iguales a las que podemos encontrar para los vehículos individuales, y cuentan con un elevado grado de personalización y flexibilidad. Las principales modalidades son el seguro a terceros, el seguro a terceros ampliado, y los seguros a todo riesgo con y sin franquicia. La póliza también puede incluir coberturas complementarias como el Seguro del Conductor o la Asistencia en Carretera.

También es posible contratar, dentro de la misma póliza, distintas coberturas para cada vehículo, de forma que algunos vehículos pueden tener un seguro a terceros, o a terceros ampliado, y otros pueden estar asegurados a todo riesgo.

En cualquier caso, lo más común es diseñar las coberturas de la póliza a medida de cada cliente, eligiendo las coberturas necesarias para cada necesidad particular. Por todo esto, es interesante contar con un corredor que conozca bien el mercado, y pueda asesorar convenientemente a la entidad y encontrar para ella el seguro más adecuado a sus necesidades.