vida-particulares

VIDA

Un seguro de vida está destinado a cubrir económicamente al asegurado, en caso de invalidez, o a sus familiares en caso de fallecimiento, permitiendo mantener la estabilidad económica ante estas circunstancias. 

Existen diferentes tipologías de seguros de vida. Los de amortización, que van vinculados a un préstamo hipotecario, ofrecen cobertura durante el periodo de pago del crédito. La cuota se calcula en función del capital hipotecario, del periodo del préstamo y el tipo de interés; la póliza se va ajustando año a año hasta que finaliza el pago de la hipoteca.  Por contra, los seguros de vida ordinarios dan cobertura hasta el momento en que el asegurado fallezca o sufra una incapacidad. Si se produce una de estas circunstancias, serán las personas designadas (físicas o jurídicas) quienes reciban la indemnización.  

Dentro de los seguros de vida ordinarios encontramos también los seguros que indemnizan al asegurado en caso de que este se vea afectado por una enfermedad grave en el momento de producirse el diagnóstico, para dotarle de recursos económicos para hacer frente a la dolencia con todas las garantías, y poder centrarse en la recuperación. Las enfermedades que quedan cubiertas bajo esta modalidad son: cáncer y tumores malignos en cualquiera de sus formas, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, afección de la arteria coronaria que exija cirugía, trasplante de un órgano vital, parálisis, Alzheimer y Parkinson. 

Los seguros de vida ordinarios se extinguen cuando el asegurado llegue a una determinada edad, que suele estar entre los 65 y 70 años. 

Seguros de vida ligados a la hipoteca

En primer lugar, queremos dejar claro que no es obligatorio (aunque sí aconsejable) contratar un seguro de vida para obtener una hipoteca: el único producto obligatorio por ley es un seguro de hogar básico, y este último tampoco es obligatorio contratarlo a través del banco. Sin embargo, bien por desconocimiento, bien por presiones de la entidad a la que se solicita el préstamo, o bien porque el banco ofrece una rebaja en los tipos de interés si se contrata un seguro, la mayoría de las personas que solicitan una hipoteca terminan contratando también un seguro de vida a través del propio banco. Y casi siempre, quien termina ganando con esa operación es, precisamente, el banco.

Según el ‘Estudio comparativo de primas del seguro vida riesgo 2021’, elaborado por INESE Data y Global Actuarial, el coste de los seguros de vida ofertados por los bancos triplica el coste de los seguros ofertados por las entidades aseguradoras y las corredurías de seguros; ese sobrecoste supera, con mucho, el pequeño ahorro que se puede obtener con una rebaja de una o dos décimas sobre el tipo de interés.

Como ya hemos mencionado antes, los seguros de vida ordinarios habitualmente son incluso más baratos que los de amortización, aún cuando cuentan con coberturas superiores; estos seguros también pueden cubrir la amortización hipotecaria (el capital de la hipoteca) en los mismos casos que los seguros de amortización. En este tipo de seguros, es el asegurado decide quién recibe la indemnización: puede ceder directamente el derecho al banco que ha concedido la hipoteca hasta que cubra el importe pendiente, y que sean los herederos legales los que reciban la parte restante; o ceder el derecho a sus herederos legales, y sean ellos quienes decidan sin pagan esa parte restante, o prefieren seguir pagando mensualmente. En caso de invalidez, quien recibiría el dinero sería siempre el asegurado. Y, al igual que con los seguros de amortización, el capital asegurado se puede ir actualizando año a año en función del importe restante de hipoteca. 

Como puedes ver, al final, es muy recomendable que, si tienes contratado uno de estos seguros, busques asesoramiento de un mediador de seguros externo al banco: supondrá para ti un importante ahorro económico (incluso si el banco te da una pequeña bonificación sobre el tipo de interés de la hipoteca), y obtendrás mejores coberturas.

¿Quieres que te asesore uno de nuestros expertos?

Puedes rellenar uno de nuestros formularios con tus datos o enviarnos un correo electrónico, y con la mayor brevedad posible se pondrá en contacto contigo uno de nuestros asesores.